LA
RELATIVIDAD EN EL SER HUMANO
Cuando
hablamos de La Verdad, no hablamos de "nuestra verdad". Hay una enorme
diferencia entre la verdad del Ser y la captación de lo verdadero en
cada uno de nosotros. La verdad en El SER se da siempre cuando algo
sucede o ES; pero que esté la Verdad no implica que nosotros la
podamos conocer en su dimensión total. Para dar un ejemplo simple:
supongamos que dos personas están en dos aceras opuestas de una calle en un
mismo punto, en el momento donde ocurre un accidente automovilístico,
ambos están mirando a la calle por donde pasa los vehículos;
¿cuándo el accidente ocurre será su visión del mismo igual? No,
cada uno tendrá una “visión” es decir imagen de lo que ocurrió.
El accidente en su dimensión de hecho real y completo no es posible captarla en
su totalidad de ser. Son tantas y variadas la sensaciones y hechos
que ocurren que para nosotros no es posible determinarlas en la pobre
imagen de lo que percibimos por nuestros sentidos. Si esto ocurre en
una cosa tan simple, ¿cómo será en la dimensión total del ser o
de los seres? La necesidad de la aceptación de nuestra contingencia
es requisito indispensable para poder ponernos en contacto con la Verdad. Nadie, salvo Dios, tiene la exclusiva de la Verdad total en ningún hecho
o acontecer de lo que ocurre y esto a nivel material y dentro de los
parámetros de nuestra dimensión humana. Por eso, querer imponer
nuestra visión del mundo de manera categórica a los demás, fracasa
y fracasará siempre. Lo que podemos es participar a los otros
nuestra visión de la realidad o realidades que nos ha tocado vivir;
pero nunca afirmar enfáticamente que nuestra visión es la realidad
absoluta y total, pues no somos seres absolutos, muy al contrario,
tenemos una inmensa limitación en el conocer. Aún así, la dimensión
de nuestro conocimiento, es, asombrosamente, enorme; pero su
concordancia con la realidad es limitada en cantidad, calidad y
profundidad. ¿Luego la VERDAD es limitada? No, la Verdad de lo que ES
no es limitada: ES; pero nuestra captación individual de ella es
limitada y de acuerdo a variables personales inmensas y múltiples.
Lo que Es, es totalidad de ser en sí mismo y esta totalidad es SU VERDAD, que
ella no esté al alcance de nuestro conocimiento, es una cosa: es lo que ella sea para nuestro entendimiento; pero otra muy distinta que sea relativa en su dimensión de ser o hecho acontecido. No hay que atribuir
relativismo a la VERDAD, sino a la captación de esa verdad en cada
uno de nosotros. A la vez, afirmar el relativismo con respecto a la VERDAD, no es válido en cuanto a ella misma, sino que nuestro conocimiento de ella no es total, osea, es parcial, diferente en cada individuo que tiene contacto con el fenómeno o realidad que se presenta a nosotros. La semejanza en nuestro interior de aquello percibido e "iluminado" por la inteligencia (especies inteligibles, diría Sto Tomás) es la dimensión verdadera de nuestro intelecto y ello conlleva el hecho de podernos entender sobre la mayoría de las cosas. Pero la diferencia entre lo verdadero de los seres y la percepción de esa realidad en nosotros, dada nuestra limitación en el conocer, está parcializada, aunque entendible, en cada uno. También, negar la "validez" de nuestras "captaciones" del ser, sólo es posible si nosotros no somos realmente fieles a lo visto, oído o sentido de una determinada realidad. En esto está la mentira no en el ser de lo sucedido. La negación de la metafísica como pensamiento del ser en sí, es la causa de ésta problemática en el pensamiento moderno.
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