Para entender es necesario amar, quien no ama no puede "entrar" en el misterio donde reside la sabiduría.
La principal razón para no saber amar, es la soberbia; es decir, la incapacidad de poder aceptar nuestra dimensión contingente. DIOS ES ABSOLUTO y nosotros dependemos en todo de Él. Esta dependencia "crea" en nosotros una no aceptación de nuestra limitación, pues "NO NOS GUSTA DEPENDER DE NADIE Y QUE NADIE NOS DIGA LO QUE DEBO HACER".
La libertad es mal entendida y queremos ser absolutos sin tener la "dimensión de ser" necesaria para serlo.
Ser absoluto significa: no tener ni principio ni final; no necesitar de otro para ser; poder pensar todo; saber todo, estar en todo; haber hecho todo menos a mi mismo; en pocas palabras: absoluto solo puede ser quien ES. Al no poder alcanzar, ni soñando, con esa dimensión, creamos "absolutos" conformes a nuestras reglas y poder, jugando a ser diosecitos, con el "territorio" que "dominamos" y los seres a los cuales "sujetamos", con cadenas de acero, a nuestros caprichos. El mal de la soberbia es la incapacidad de aceptar la limitación de ser que nos forma. Es el no conocerse a si mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario