LA QUINTA PALABRA
“TENGO SED”
El hombre que muere
en la cruz sufre de sed. Cristo muriendo tiene sed.
Mi inteligencia no
puede entender como Dios se somete a semejante tormento, cuando puede, el que es
todopoderoso, no necesitar nada. Y la respuesta de mi humana condición es que
como hombre no quiso evitar nada de lo humano, salvo el pecado, fueran como
fuesen las condiciones a las cuales fue llevado por la estulticia de los
hombres.
Dios con nosotros
acepta, asume y eleva nuestra condición de hombres a la altura de la dimensión
de Dios y sin dejar de ser Dios se hace plenamente hombre. El dolor, el sufrimiento,
la tristeza, la traición, la calumnia, el cansancio, el desánimo son como
purificados y elevados a una nueva dimensión de vida mediante la aceptación.
“Tengo sed” es una
simple frase que manifiesta una carencia, pero en este caso extrema, de la
necesidad física de un ser humano. Se le acerca una esponja empapada en vinagre
y es rechazada. Nada debe disminuir la aceptación plena del padecer; la entrega
total y completa del sufrir, haciendo así la voluntad del Padre, para purificar
y compensar las desobediencias de los hijos. Pues el martirio de Jesús es eso,
la compensación de los actos de voluntad torcidos de los hombres, por la obediencia
sin mácula del Hijo de Dios hecho hombre para ese fin. Dios no pidió a ningún
ser humano que padeciera por los otros, primero se hizo Él hombre en la persona
de su Hijo y padeció, para restituir a la voluntad torcida por el pecado, la
voluntad de obediencia a quien sabe perfectamente lo que es mejor para nosotros
y así restablecer el equilibrio en lo humano de aquello que debió haber sido.
Luego, quien quiere y acepte seguir libremente y en paz ese camino, será
asimilado a la gloría del Hijo en la “nueva Tierra y el cielo nuevo” prometido.
“Tengo sed” es la
manifestación de una pequeña parte del sufrir aceptado que muestra la voluntad
absoluta de entrega, para compensar el desvió, hacia lo que no es, de los actos
torcidos de los hombres que rechazan la Verdad que les han regalado.
“Tengo sed” es
expresión de sufrir para mostrar lo humano de la naturaleza de Jesús y el
no rechazo de ninguna forma que pudiendo obviar, acepta, de su humanidad.
Y así, la siguiente
frase, la sexta palabra, cobra todo su significado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario